domingo, 9 de diciembre de 2012

LA DIGNIDAD DE LA VIDA ANIMAL EN SU RELACION CON EL HUMANO






LOS DERECHOS DE LOS ANIMALES

¿Si no es bueno para mis ojos, por qué es bueno para mi estómago?

Si creemos que sus ojos sirven para ver, sus oídos para escuchar, su nariz para oler, sus intestinos para defecar, sus patas para andar, ¿Por qué creemos que su cerebro no sirve para sentir y deducir?

Este vídeo me sirve como el inicio de una serie de artículos que iré publicando en el blog. Me parece un buen principio, para buscar un salto a la sensibilidad perdida o nunca encontrada de los Seres Humanos. Seres llenos de contradicciones y faltos de un momento para detenerse un instante y pensar:

¿Por qué hago esto o aquello?

Todo está unido. La persona no es sólo una mente y un cuerpo separados e independientes. Es un todo. Un todo sistémico. Somos uno, con influencias y retroinfluencias sucesivas y constantes. 

En fin, volvemos una vez más a los sistemas económicos y de producción. Retornamos, una vez más, a un sistema de vida fundamentado en el consumo; una vez más sentimos la presión en la garganta de los pocos propietarios de la riqueza que, a  través de sus mediocres marionetas colocadas en el aparato político de las sociedades, nos convierten en seres carentes de libre albedrío y sujetos a sus doctrinas manipuladoras. Un sistema que, basado en falacias, nos es inoculado en nuestras creencias por la vía de los medios de comunicación y la publicidad.

Un modelo que atenta contra la dignidad de las personas, la dignidad de los animales, todos los demás seres vivos y, en fin, contra la dignidad de Gaia en toda su integridad.

Dice una canción: 
             "El futuro de la humanidad está en manos de tontos"