martes, 25 de septiembre de 2012

RODEEMOS EL CONGRESO


RODEEMOS EL CONGRESO. JUSTICIA y DERECHO

En el Mundo en que vivo los pobres son cada vez más pobres y una ínfima minoría de ricos cada vez más ricos. El Derecho protege un sistema económico basado en el poder del dinero. El dinero está en manos de unos pocos. Esos pocos modelan un sistema económico que acentúa la injusticia social, la desigualdad, la pobreza y la soledad del individuo. Unos gobiernos al servicio descarado de los rentistas y capitalistas sin escrúpulos, trafican con la libertad y con la vida. Mercaderes sin respeto a la dignidad humana que especulan con los alimentos y que degradan y arrasan los, cada vez más escasos y deteriorados, recursos Planetarios.
¿Qué futuro puedo esperar para mí y para las próximas generaciones, si además de empeorar la subsistencia de los países que tradicionalmente han sido espoliados y masacrados por Occidente, se están degradando vertiginosamente las escasas conquistas sociales alcanzadas por un pequeño sector de los seres humanos?
La justicia material puede obedecer a uno de los siguientes criterios:
1.- “A cada uno lo mismo”
2.- “A cada uno según lo establecido por la ley
3.- “A cada uno según su rango
4.- “A cada uno según sus méritos o capacidad
5.- “A cada uno según su trabajo”
6.- “A cada uno según sus necesidades
La Justicia necesita del Derecho como vehículo necesario para manifestarse en la sociedad. El Derecho necesita la Justicia si quiere llamarse Derecho, es decir, no llamarse fuerza o arbitrariedad.
La justicia debe ser, por tanto, el elemento esencial del Derecho. No la seguridad o la fuerza. Podemos asegurar que hoy y siempre, en mi opinión, existen y han existido leyes que no son Derecho. Y lo más importante existe Derecho por encima de las leyes. En el juicio de Nüremberg, fueron condenados unos hombres que habían obedecido y ejecutado las normas del gobierno nazi. Fueron condenados por infracción de los principios básicos del Derecho y de las exigencias de Justicia. El Derecho que aplicaron era radicalmente injusto, por tanto, no debía haber sido aplicado.
Los positivistas partidarios del la sobrevaloración de la función de seguridad que el Derecho debe cumplir, defienden que la justicia que recojan las normas es indiferente a la hora de considerar esa norma como plenamente aplicable, porque la sociedad debe apoyarse en un orden seguro y efectivo.  Por consiguiente, según este pensamiento no es esencial que las normas jurídicas sean justas en su contenido.
En mi opinión la justicia es el requisito esencial y constitutivo del Derecho. No puede haber una norma que sirva a la injusticia y hoy hay muchas. Normas que anteponen los mercados a las personas. Normas que favorecen el enriquecimiento de los más ricos a costa del empobrecimiento de lo más desfavorecidos. Pérdidas de derechos en educación, sanidad, justicia, cultura, libertad de expresión y en lo que debe ser y representar el gobierno del pueblo y la manifestación de sus deseos en los asuntos más importantes: La Democracia real.
Radbruch, defendió que el Derecho estaba integrado por tres grandes valores justicia, seguridad y adecuación al fin. Llegó a decir que la seguridad jurídica, la paz y el orden priman sobre la justicia. Tras la Segunda Guerra Mundial atribuyó una mayor importancia a la Justicia, negando como auténtico Derecho cuando ,en él, la injusticia es manifiesta y extrema.
Esto es lo que, los llamados representantes de los ciudadanos, parecen haber olvidado:  el Derecho ha de ser portador de justicia, como requisito constitutivo, fundamental e indispensable, si quiere cumplir su función esencial, la de conseguir la convivencia ordenada y pacífica de los hombres. En otro caso será un Derecho no vinculante. Ese derecho aparente solo serán unas normas impuestas por la fuerza. El Derecho radicalmente injusto no es Derecho.

sábado, 1 de septiembre de 2012

YO VOY EN BICI


YO VOY EN BICI

Me muevo desde hace años en bicicleta. Unos se compran un coche. Otros se compran una moto. Yo compré una bici. Moverse por tu ciudad o tu pueblo exige no deteriorar más el aire ni la naturaleza. Además se hace ejercicio, esencial hoy cuando el sedentarismo es origen de muchas enfermedades.
En mi opinión el uso de los vehículos de motor debiera limitarse a lo estrictamente preciso. Dándole un uso de carácter común o público si se prefiere. El uso se canalizaría mediante entidades dedicadas a su arrendamiento. Y su utilización se limitaría a ponerse al servicio sólo para el transporte de mercancías y de las personas, para la salud, para llevar a otros sitios las actividades culturales, para los viajes de larga distancia, etcétera.

Yo me desplazo en la bicicleta no como deporte sino como medio de transporte. Y lo hago por una razón de creencias. Creencias asentadas en tres motivos:

1º.- Creo que las generaciones futuras, esto es nuestros hijos, tienen derecho a gozar de un medio ambiente adecuado.
Creo que tienen el más pleno derecho, ínsito en su dignidad, a disfrutar de lo poco que hoy queda de una naturaleza exhausta y de toda la diversidad de que aún nos queda y no de un árido desierto global.
Creo que tienen derecho al legado transmitido durante miles de años de padres a hijos; tienen derecho a beber y mirar el agua de un río correr limpia.
.
2º.- Porque creo que no debo robar años de vida a las personas que habitamos hoy el Planeta. Aquí los niños también tienen un papel muy relevante. La contaminación del aire. El calentamiento global. Una locomotora de hierro desbocada a punto de descarrillar a gran velocidad; Cada vez hay más asmáticos. Las enfermedades respiratorias van en aumento.  Se aprecia un crecimiento progresivo y preocupante de las enfermedades derivadas del uso de combustibles fósiles y en especial del gasoil.

3º.- Porque creo que no se deben esquilmar los campos, degradando las tierras. Extensas superficies de monocultivos reciben periódicamente el laboreo de decenas de sustancias químicas para incrementar la producción. Eso conduce a la más absoluta degradación del suelo, la contaminación de sus capas profundas y, por su filtración, del conjunto de las aguas dulces. Aguas cada vez más escasas y esenciales para la vida.
Y ¿Para qué se esquilman los campos? Pues esencialmente para obtener agrocombustibles y piensos para el ganado.
·         Los primeros para alimentar los miles de millones de vehículos a motor que circulan por las carreteras de todo el Mundo.
·         Y los segundos para obtener millones de toneladas de carne para alimentas la insaciable sed de las multinacionales que venden sus hamburguesas a bajo coste, rellenándolas con soja transgénica y saborizantes que buscan hacer dependientes a los consumidores.

Poco puedo hacer yo frente a la maquinaria sociológica puesta en marcha. Pero yo me desplazo en bici.
Aunque valga lo dicho para abogar por el transporte público.

¿Demagogia?
¿Utopía?
No.
  

Mi manera de no estar sometido al poder tiránico del dinero. 
Una forma de no primar mi satisfacción personal e inmediata frente al interés de los demás y, en general, de la vida del Planeta.